En Un Dia Como Hoy

Eran las 4:45 de la madrugada, la mezcla de las dos anestesias y el cansancio ya me estaban venciendo cuando de pronto escucho un sonido diminuto como el maullido de una gatito recién nacido. Mi cabeza se movió, mis ojos se abrieron justo cuando se escucha fuerte y claro el llanto, tu llanto…tu primer llanto.

Te llevaron al tiro a mi lado y no puedo describir todo lo que sentí cuando te vi por primera vez; tu carita enrojecida, tu llanto vehemente, tus manitos buscando refugio desconcertada sin saber lo que había pasado ¡que cosita mas linda!. Pusieron tu carita junto a la mía y como pude, acaricie tu cabeza y te di un beso. Luego, te llevaron lejos de mi. “Síguela, que no se te pierda” le grite a tu papa.

Cambiaste mi vida para siempre, eres mi motor, mi alegría. Has crecido tanto mi niña, cada uno de tus logros lo tengo atesorado en mi memoria, tu primera sonrisa, la primera carcajada, tus primeros pasos, tus primeras palabras, tus primeros juegos, la forma en la que de a poco nos ibas incluyendo en tus juegos, lloré contigo en tus primeras vacunas y sufrí lo impensado cuando nos fuimos de campamento (y cuando digo campamento me refiero a hospitalizaciones) y a pesar de que nunca fueron cosas graves, ver a la hija de una en una cama de hospital no se lo deseo a nadie.

De eso ya han pasado siete años ¡siete años! Contigo alegrando mi vida, haciéndola distinta, impulsándome a ser mejor… Siete años ya desde ese maravilloso día. Feliz Cumpleaños ¡Te Amo Hija Mía!